¿Qué hace a esta iglesia diferente?
Pero hay al menos una denominación que está tratando de “hacer iglesia” de una manera diferente: de hacer las cosas a la manera de Dios, según se enseña en la Biblia y se explica en los documentos del origen del presbiterianismo.
- Lee Duigon
¿Su iglesia entretiene, pero no instruye?
¿Es fiel a la Palabra de Dios o se enseñan desde el púlpito las innovaciones culturales de moda y tradiciones de los hombres?
¿Invierte mucho tiempo, esfuerzo y dinero expandiendo y adornando el edificio y añadiendo nuevos programas que tienen poco que ver con la piedad y mucho con el crecimiento y con complacer a la feligresía?
Para muchos cristianos de los Estados Unidos, la respuesta a todas estas preguntas es “Sí”.
Pero hay al menos una denominación que está tratando de “hacer iglesia” de una manera diferente: de hacer las cosas a la manera de Dios, según se enseña en la Biblia y se explica en los documentos del origen del presbiterianismo.
“Cuando la iglesia falla, la cultura declina”, dice el Rev. Joseph Morecraft (nieto), uno de los fundadores de la Iglesia Presbiteriana Reformada de los Estados Unidos (RPCUS) y pastor de la Iglesia Presbiteriana Chalcedon en Cumming, Georgia. “Ahora es el momento de empezar a trabajar para construir una segunda Cristiandad”.
La fundación de una nueva Cristiandad puede parecer demasiado pedir para una denominación que tiene tan solo una docena de iglesias relacionadas en su página web (www.rpcus.com), pero todos los cristianos conocen la parábola de la semilla de mostaza que crece hasta convertirse en la mayor de las hortalizas.
“Tenemos confianza en el poder del Espíritu Santo”, dice el Rev. Morecraft.
Una denominación “distinta”
La Iglesia Presbiteriana Reformada comenzó su existencia en 1983, cuando la congregación de la iglesia Presbiteriana Chalcedon del Rev Morecraft votó por separarse de la Iglesia Presbiteriana de América
“Creemos que, como Iglesias Reformadas, tenemos que preservar el cristianismo bíblico, como se entiende en las Normas de Westminster”, dice el Rev John Otis, pastor de la Misión Presbiteriana Westminster, en Corpus Christi, Tejas. “Obviamente no somos los únicos que hacemos eso. Pero fue en primer lugar con ese propósito que nos unimos”.
Las “Normas” son la Confesión de Fe de Westminster, con el Catecismo Mayor y el Breve, la Forma de Gobierno de la Iglesia Presbiteriana y el Directorio para la Adoración Pública de Dios. Los puritanos ingleses y escoceses, en el contexto de la Guerra Civil Inglesa, elaboraron la Confesión en 1646. Este y los restantes documentos han sido “enmendados” varias veces desde entonces, dijo el Rev Morecraft.
“El efecto de esos cambios, con el tiempo, ha sido diluir el estricto calvinismo de la Confesión”, dijo
¿Cómo ha tratado la Iglesia Presbiteriana Reformada de retornar al calvinismo original? El Rev Otis, que fue el moderador de la denominación en 2005, explica:
“Tenemos cuatro ‘distinciones’ que nos hacen diferentes de las demás denominaciones presbiterianas”, dice. “Además, esperamos que todos nuestros oficiales —pastores, ancianos y diáconos— sean fieles a todos los capítulos de la Confesión de Westminster”.
Las personas que deseen unirse a la Iglesia Presbiteriana Reformada, añade, solo tienen que hacer una “profesión de fe creíble” para ser admitidas en la membresía de la iglesia. Solo los oficiales tienen que adherirse a cada detalle de la Confesión.
“Creo que a nuestro pueblo le agrada saber exactamente cuál es la posición de sus líderes y en qué creen”, dice
La decisión de formar una nueva denominación, y la cristalización de las cuatro distinciones “ocurrieron casi simultáneamente”, dice. “La una inspiró a la otra, y viceversa”.
El Rev Otis ha escrito un artículo: “Las Distinciones de la RPCUS y las Normas de Westminster” (“RPCUS Distinctives and the Westminster Standards”) que hacen que la Iglesia Presbiteriana Reformada sea... bueno, distinta.1 Estas distinciones son:
1. Fidelidad a la apologética presuposicional. Dicho sencillamente, significa que el cristiano debe suponer la existencia de Dios y la autenticidad total de las Escrituras. “El punto de partida del cristiano es la Escritura, que da testimonio de sí misma”, dice el Rev Otis. Eso significa que la Palabra de Dios, y no los sentimientos subjetivos del hombre ni su razonamiento imperfecto, es el fundamento de la verdad y todo el razonamiento cristiano debe fluir de ella.
2. Compromiso con la ley de Dios. La Iglesia Presbiteriana Reformada es una denominación teonómica, es decir, asume y enseña que las leyes de Dios, según se exponen en la Biblia, todavía se aplican a cada aspecto de la vida del hombre. “El principio subyacente de la ley casuística es lo que es obligatorio hoy para nosotros”.
3. Una escatología postmilenial. Los postmilenialistas creen que la Biblia enseña la victoria final del evangelio de Jesucristo en este mundo, en este tiempo. Dios hará de los enemigos de Cristo el estrado para Sus pies, como se proclama en el Salmo 110, y todas las naciones se convertirán al cristianismo.
4. Solo los varones ejercen el poder en la iglesia. Solo los varones cabezas de familia votan en las reuniones congregacionales de la iglesia, ocupan puestos en la iglesia y confirman a los oficiales de la iglesia. Esto está en conformidad con las enseñanzas bíblicas de los papeles respectivos de los hombres y las mujeres en la iglesia, dice el Rev Otis.
“Estas distinciones son lo que nos diferencia”, dice el Rev Morecraft. “Ciertamente, la autoridad final para cualquier cosa que hacemos en la Palabra de Dios. Creemos que el calvinismo histórico de Westminster, sin añadiduras y en su forma original, explica acertadamente las Escrituras”.
Asumiendo la veracidad de las Escrituras
A veces hay una desconexión entre la teología y la gente que se sienta en los bancos. Los feligreses corrientes se pueden preguntar qué tiene que ver con ellos un término técnico como “apologética presuposicional”. Los pastores de la Iglesia Presbiteriana Reformada, dice el Rev Morecraft, se esfuerzan por instruir a sus congregaciones.
“Tenemos servicios dominicales más largos que la mayoría de las iglesias, hasta dos horas con la música, porque hay mucha necesidad de instruirse y de revestirse de poder con la Palabra de Dios”, dice. “El propósito de nuestros sermones es explicar, clarificar y exponer lo que la Biblia enseña. Y luego lo aplicamos al contexto de como vive la gente”.
Sin hacer pasar a la congregación por un seminario, los pastores de la Iglesia Presbiteriana Reformada, en sus sermones, aplican una apologética presuposicional para promover una cosmovisión bíblica. “No tiene sentido discutir indefinidamente con los incrédulos sobre ‘los hechos’” escribe el Rev Otis. “En lugar de eso, tenemos que desafiar la filosofía del incrédulo sobre los hechos, su cosmovisión”. Una buena parte de los sermones de la RPCUS destruye la visión secular de la vida, exponiendo sus falacias, eliminando capa tras capa de presunciones hechas sin Dios. Mientras tanto, los pastores enseñan a sus congregaciones a mirar todas las cosas a través del lente de las Escrituras y a razonar todas las cosas con la Biblia como punto de partida.
El Rev Christopher Strevel, pastor de la Iglesia Presbiteriana Covenant, de Buford, Georgia, pertenece a la primera generación de pastores educados y entrenados en la Iglesia Presbiteriana Reformada. El compromiso de la iglesia con la enseñanza bíblica, dice, hace que la Iglesia Presbiteriana Reformada sea especial.
“Veo está diferencia en la diligencia con que nuestros ancianos enseñan a los diversos grupos de edades en la escuela dominical, usando los Catecismos Breve y Mayor”, dice, “en el compromiso resultante con la Biblia en toda la congregación, y en la ausencia total de la idea de que es necesario modificar o actualizar la Biblia para hacerla relevante. Es relevante porque es la Palabra de Dios. No necesitamos ser modernos ni creativos; necesitamos ser fieles a lo que Dios ha dicho”.
Los niños de la Iglesia Presbiteriana Reformada, dice, asisten al servicio regular de adoración “desde su más temprana edad” en vez de ser separados para un servicio de niños, como es costumbre en algunas otras denominaciones.
¿Este compromiso con la enseñanza tiene el efecto deseado?
“En lo que yo sé”, dice el Rev Morecraft, “no tenemos ni un miembro de nuestra denominación que no crea que el mundo haya sido creado por Dios en seis días hace unos 6 000 años”.
“Aunque hemos tenido nuestra cuota de apartados de la fe, que hacen desmayar el corazón”, dice el Rev Strevel, “la inmensa mayoría de nuestros jóvenes están caminando con el Señor. La mayoría de la segunda generación ha permanecido en la Iglesia Covenant y ahora están criando a sus propias familias en el temor y la amonestación del Señor”.
La teonomía en la vida cotidiana
La Iglesia Presbiteriana Reformada es una denominación pequeña, pero gracias a la tecnología moderna el ministerio alcanza a más personas que lo que uno podría imaginar.
“Nuestra influencia está proporcionalmente muy por encima de nuestra membresía”, dice el Rev Otis.
No medimos nuestro éxito por las cifras”, dice el Rev Morecraft. “Iniciamos iglesias dondequiera que podemos (una de ellas ha echado raíces en Ecuador) y mientras tanto, nuestros sermones en el sitio sermonaudio.com nos traen miles de respuestas cada mes, desde todas partes del mundo”.
“Creemos que las cifras serán importantes al final, cuando el evangelio inunde la tierra”, dice el Rev Otis. “Naturalmente, nos gustaría ver crecer nuestras cifras, pero no entramos en compromisos para llegar a eso”.
Por el momento, la voz de la denominación se propaga a través de Internet, de su propia revista y boletines, artículos de los pastores de la RPCUS publicados en otros medios y también en la radio.
El pastor Jeff Black, de la Iglesia Presbiteriana Reformada de Wytheville, Virginia, tiene un programa de radio de treinta minutos que puede ser escuchado por cualquiera, en cualquier parte y en cualquier lugar, por Internet.2 El programa, “El hostal de Edimburgo” (“The Edinburgh Inn”) presenta “conversaciones informales sobre el cristianismo sencillo” entre el Rev Black y sus invitados.
“Con este programa discutimos la doctrina básica cristiana, partiendo de la división por secciones de la Confesión de Fe de Westminster”, dice el Rev Black. (La Confesión tiene 33 capítulos.) Los archivos del programa ofrecen 24 transmisiones previas, divididas en dos volúmenes de a doce.
Algunos cristianos se erizan ante la palabra “teonomía”. Los no cristianos han tratado de usar este término y otros como “dominionista” para conjurar visiones de una tiranía religiosa en suelo americano, pero la teonomía es uno de los tópicos que se discuten regularmente en “El hostal de Edimburgo” bajo títulos como “¿Es la Biblia suficiente para el siglo 21?” (Vol. 1, No. 11), y es poco probable que esas discusiones alarmen a nadie.
“Sí usamos la Biblia como regla para nuestra creencia y práctica”, dice el Rev Black. “Esto queda demostrado en la práctica por la enseñanza profunda y sistemática desde el púlpito y el atril”.
En su conversación, Black y sus invitados explican cómo las leyes de Dios deben aplicarse a cada aspecto de la vida cotidiana actual, incluso a algunas áreas al parecer nada bíblicas como conducir un auto u operar una planta nuclear. “No es con esas mismas palabras”, añade uno de los invitados, “sino en la aplicación de los principios bíblicos. Por ejemplo, la Biblia le enseña a usted a amar a su prójimo y a tener cuidado con su persona y su propiedad. Por tanto, debe conducir cuidadosamente y obedecer las leyes del tránsito, etc.”
“Estamos bien al tanto de la controversia que hay en el mundo de la Reforma sobre este particular [la teonomía]”, escribe el Rev Otis, “y nos duele incluso que eso se discuta”. La controversia es sobre “la validez permanente de las leyes judiciales o casuísticas del Antiguo Testamento en nuestra cultura moderna”. La conclusión de la Iglesia Presbiteriana Reformada, citando al teólogo Gregory Bahnsen, es que “ahora se nos requiere que guardemos en principio subyacente (o ‘equidad general’) de esas leyes”.
“No hay nada nuevo en nuestra postura sobre la teonomía”, dice el Rev Morecraft. “La fuente de toda moralidad pública o privada en la ley de Dios, y si no es la ley de Dios que aparece en la Biblia, entonces ¿qué?
“Todo el mundo, en lo profundo de su corazón, sabe que el pecado debe ser castigado. Sabemos que todo el mundo suprime la verdad en la injusticia, pero Romanos 1 nos dice que ya tenemos la verdad dentro de nosotros
“He aquí nuestra enseñanza, de la forma más sencilla que puedo decirla: solo Dios puede distinguir perfectamente el bien del mal, y lo hace en la Biblia. Solo Dios puede definir lo que es un hecho criminal y lo hace en la Biblia. Y solo Dios puede definir justamente cómo se va a castigar un crimen y lo hace en la Biblia. Cuando el hombre trata de hacer esas cosas guiado por sus propias normas subjetivas, es errático y arbitrario”. Las leyes de Dios, dice no deben imponerse a la sociedad norteamericana
“En primer lugar, porque el gobierno no tiene la autoridad para castigar todos los pecados. Solo Dios tiene esa autoridad”, dice. “Rechazamos todo intento generalizado, forzado, coercitivo, de implantar esas leyes. En vez de eso, queremos ver a las gentes, con gozo y desde lo profundo de su corazón, tratar de ponerse a sí mismas, a sus familias, sus iglesias, sus negocios y sus gobiernos, bajo la ley de Dios.
La victoria del Evangelio
El “postmilenialismo” —otro de esos términos teológicos— es clave en la enseñanza de la Iglesia Presbiteriana Reformada. La postura postmilenial, como señala el Rev Otis en su artículo, es una creencia “en la victoria del Evangelio en espacio y tiempo durante la presente edad milenial. La Gran Comisión de Cristo en Mateo 28:18–20 será cumplida en la Historia antes del Segundo Advenimiento de Cristo. El conocimiento de la gloria del Señor cubrirá la tierra como las aguas cubren la mar… el Rey Jesús entonces tomará posesión de Su herencia según se lo prometió el Padre”.
Una visión postmilenial hace una diferencia en la vida y el pensamiento del creyente —explica el Rev Morecraft— y en su moral también.
La gente oye las noticias y se descorazona. Parece que el mundo está empeorando, no mejorando”, dice. “Pero se nos enseña a andar por fe, no por vista. No baso mi fe en los boletines de noticias, sino en la Palabra de Dios. Y tenemos que creerle a esa palabra a despecho de todo cuanto veamos.
“Tenemos que ser como Abraham. Cuando Dios le dijo a este anciano de 90 años que él y su esposa iban a tener un bebé, Abraham le creyó. Pero si se hubiera guiado por lo que veía, jamás lo hubiera creído”.
“Los cristianos de los EE. UU”, dice, “no deben asumir los problemas de su país como evidencia de que Dios será incapaz de cumplir Sus promesas
“Para los Estados Unidos, a corto plazo”, dice, “podemos esperar el juicio de Dios. Pero esos reveses deben prepararnos para victorias continuas en el futuro.
“A través de la historia vemos muchos ejemplos de lo que yo llamo postmilenialismo microcósmico: la conversión de naciones enteras al cristianismo, el nacimiento de nuevas naciones, etc. Pero incluso aunque no viéramos ningún postmilenialismo microcósmico en la Historia, de todas formas tendríamos que creerle a la Palabra de Dios”.
“Una oración para que el reino del pecado y de Satanás sea destruido es una oración por la victoria del Evangelio en la edad milenial”, escribe el Rev Otis. “Como la oración es un medio ordenado por Dios para materializar sus decretos soberanos, ¿nos pondría Dios a orar por algo que Él no tuviera intención de cumplir? ¡Por supuesto que no!”.
Adiós al feminismo
En nuestra época tan influida por el feminismo puede parecer extraño, o incluso incorrecto, que una iglesia restrinja la votación a los hombres y que permita nada más a los hombres ser oficiales de la iglesia. Pero eso no es lo único inusual en la Iglesia Presbiteriana Reformada.
“Nuestros servicios de adoración”, dice el Rev Black, “están determinados por la palabra de Dios. Hacemos un esfuerzo serio para hacer solo lo que Dios mando o demuestra con ejemplos para Su adoración. Si Él no lo ha autorizado, nosotros no lo hacemos. Si Él lo ha prohibido, nosotros no lo hacemos”.
Así que usted no solamente no va a hallar predicadoras ni ancianas en una iglesia de la RPCUS, sino tampoco bandas de rock, actos de comedia, actos de magia, adoración a la diosa, danzas en el altar, cantos budistas ni extravagancias de los medios de difusión. La música usada en los servicios de la Iglesia Presbiteriana Reformada, dice el Rev Morecraft, es sencilla, basada en los Salmos y otras Escrituras, e himnos tradicionales. Los propios templos son sencillos y faltos de pretensiones (vea la foto de la iglesia en el sitio web de la Iglesia Presbiteriana Chalcedon, www.chalcedon.orgwww.sermonaudio.com. Por supuesto, yo recomendaría mucho los sermones del Dr Joe Morecraft sobre la Confesión de Fe de Westminster.
“Si hay varias familias en algún lugar que desean ver una iglesia Presbiteriana Reformada en su área, deberán contactar al oficial establecido, que soy yo, el pastor Jeff Black en www.thebiblealone.com.”
Los sermones de Morecraft son accedidos con más facilidad via Internet al visitar el sitio de la Iglesia Presbiteriana Chalcedon, www.chalcedon.edusermonaudio.com.
“No creemos que somos la única denominación presbiteriana legítima”, escribe el Rev Otis, “pero sí creemos que Dios nos ha levantado para que seamos guardianes de un tesoro especial: las Normas de Westminster… Les decimos a todos nuestros hermanos Reformados: ‘Vengan, únanse a nosotros y defendamos juntos la causa del Rey Jesús’”.
“En esta hora de compromiso pluralista, de temor y de odio secularista hacia la fe bíblica”, dice el Rev Strevel, “creo que la Iglesia Presbiteriana Reformada muestra una luz brillante a sus familias, enseñándoles que el compromiso y la síntesis no son necesarios para preservar la Iglesia del Señor Jesucristo. Sean fieles a la Palabra de Dios y Él se hará cargo del resto”.
1. Vea http://www.rpcus.com/?id=RPCUS_Distinctives.
2. Visite el sitio web de la iglesia, www.thebiblealone.com, y haga clic sobre “The Edinburgh Inn.”
- Lee Duigon
Lee is the author of the Bell Mountain Series of novels and a contributing editor for our Faith for All of Life magazine. Lee provides commentary on cultural trends and relevant issues to Christians, along with providing cogent book and media reviews.
Lee has his own blog at www.leeduigon.com.